Los delitos de injurias y de desacato se diferencian uno de otro en que el primero se comete mediante la ofensa o ultraje que se infiere a la persona, y el segundo atentando con esa misma clase de actos contra la dignidad o el decoro de un funcionario público a causa del ejercicio de sus funciones o al tiempo de ejercerlas.
Las injurias vertidas contra un funcionario público como consecuencia de una polémica provocada por él mismo no constituyen delito de desacato.
Año judicial: 1961
Título índice: Anales Judiciales de la Corte Suprema de Justicia 1961
Número de tomo: LVI
Año de publicación: 1962.0
Repositorio oficial: Anales Judiciales – Corte Suprema